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El proceso de impresión offset se caracteriza, entre otras cosas, por la imposibilidad de verificar a priori el resultado obtenido. Por ello es de suma importancia realizar pruebas de color  previamente; de otra manera no podríamos obtener el resultado exacto que deseamos. De esto depende, en gran parte, el éxito o fracaso del proyecto.

Las pruebas de color en la impresión Offset

Cómo son las pruebas de color en la impresión offset

Podemos definir una prueba de color como un documento que refleja las características colorimétricas de una impresión determinada, que se realiza previamente a impresión final del trabajo. Puede llevarse a cabo de manera virtual (soft proofs) o impresa (hard proofs). De esta forma podemos comprobar si el resultado obtenido es el deseado o, si por el contrario, tenemos que hacer modificaciones.

La gestión del color es fundamental en todo este proceso, pues detalles que a priori pueden parecer insignificantes, resultan determinantes para el cliente. Esto cobra mayor sentido en el terreno comercial. Hablamos, por ejemplo, de los tonos que representan a una determinada marca, que incluso llegan a ser oficialmente de su propiedad. O del nivel de brillo o mate que caractericen las portadas de diferentes publicaciones.

La máxima razón por la que debemos realizar este tipo de pruebas es que los colores que vemos en las pantallas de los diseñadores no comparten, exactamente, el mismo aspecto en el papel. Y es que los monitores hacen uso del modelo de color RGB para sus píxeles, mientras que el resultado impreso se representa en CMYK. Aquí radica la mayor diferencia.

Cómo son las pruebas de color en la impresión offset

Existen dos tipos fundamentales de pruebas de color:

  1. Pruebas de prensa. Su fiabilidad es muy elevada, ya que se realizan con un equipo de impresión cuyas condiciones son similares a las del tiraje real. Su coste es alto, razón por la que en muchas ocasiones se opta por otras alternativas.
  1. Pruebas de color digitales. Se trata de un documento impreso a partir de un archivo informático mediante una impresora digital, ya sea una destinada a este fin o la misma que realice más tarde el tiraje final. Puede efectuarse sobre papeles especiales estandarizados o sobre el papel real del tiraje. Se realiza generalmente mediante tecnología láser, inyección de tinta y sublimación.

Como conclusión, podemos decir que las pruebas de color en la impresión offset simula el aspecto de la impresión definitiva. De esta forma no sólo podemos llevar a cabo los cambios que creamos necesarios, sino también satisfacer en mayor medida a los clientes, adaptándonos mejor a sus demandas y permitiendo que participen activamente en el proceso.